viernes, 6 de julio de 2012

EDITORIAL:


El TDAH es un tema contingente debido a los altos porcentajes de niños y niñas diagnosticados con este trastorno, hay diversas posturas respecto a su tratamiento, ya sea a favor de la medicamentación,  como en contra de esta. Es frecuente observar a los establecimientos educacionales ser los principales defensores del tratamiento medicamentoso, otorgándole a este un carácter omnipotente.  En estas instituciones se condiciona el derecho a la educación a   alumnos y alumnas que presentan ya sea signos o diagnostico del trastorno, claramente cayendo en el marco de la ilegalidad y discriminación., es una práctica frecuente no permitir a los niños y niñas ingresar a clases sin la respectiva medicamentación, existiendo una clara forma de presionar a los padres y apoderados a medicamentar a sus hijos e hijas, siendo que en muchas ocasiones no depende de ellos dar el medicamento, ya que los centros de salud primaria no siempre cuentan con stock del producto, trayendo como consecuencia la discontinuidad del tratamiento, la restricción a la sala de clases y ansiedad de los padres frente a la impotencia de no encontrar soluciones a lo anterior expuesto. Ante esto surgen diversas interrogantes, ¿los padres están  realmente conscientes  de lo que le dan a sus hijos, sus efectos secundarios por ejemplo? ¿Buscan los establecimientos  educacionales solucionar a través de la droga las falencias en el sistema? ¿Existe detrás un interés económico de parte de los laboratorios, empresas farmacéuticas y los médicos?.¿El TDAH es un problema orgánico del niño y la niña o es un problema social dentro del ámbito escolar?, ¿La medicamentación es la única forma de tratar el trastorno?.
Sin duda que se encuentran variadas respuestas a la preguntas antes planteadas, pudiendo estar o no de acuerdo con ellas, creemos que una de las grandes falencias se encuentra en la falta de educación y conocimiento de los padres y apoderados, no precisamente respecto al medicamento, sino a las practicas en la dinámica familiar que influyen en este trastorno, nos atreveríamos  a decir que generen conductas en los niños  y niñas que se confundan con TDAH, siendo más bien respuestas a lo que sucede dentro del ámbito familiar, social y educacional.
Dentro del trabajo presentado y la información recaudada podemos encontrar la opinión de una profesora que administra el medicamento en niños, sin embargo, esto se produce en un contexto distinto del tratamiento.
Dentro de lo investigado con químicos farmacéuticos, las opiniones fueron claras y concretas, el Metilfenidato no es un producto suficientemente estudiado como para emitir un juicio sobre este, aun así hay facultades que lo rechazar por considerarlo como la “Molécula de la comodidad”, según argumento de “Padres cómodos, Profesores cómodos y Sociedad cómoda”.  Los estudios en la droga propiamente tal no han sido significantes, puesto que el Metilfenidato no tiene respaldo antecedente del tratamiento prolongado, esto debido a que es un medicamento relativamente nuevo y para sostener una hipótesis es necesario estudiar a los pacientes que fueron medicamentados en edades avanzadas, es decir, alrededor de los 65 años, confirmando retención de memoria, estados ceniles demenciales, parkinson, alzhaimer, etc. 

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